viernes, 22 de abril de 2016

Amadeo Crónico (Personas que surgieron del teclado. 2)

Amadeo Crónico se peina que parece que le sobra el dinero, pero es que tiene así el pelo. Luego se pone esas gafas del que ve poco y su boquita de que me lo repitan que no me entero de ná. A veces parece que mira de frente y otras que recuerda un personaje de Forges. Le gusta ponerse ese chaleco de rayas (o quizás cuadros), a juego con sus pantalones bombachos que dejan ver sus preciosos calcetines coloraos, de los que tiene más de mil pares. Le gustan tanto los calcetines rojos que se los cambia tres o cuatro veces todos los días. Y ese cinturón a juego con sus calcetines, que parece una mano en el bolsillo pa que no le quiten la calderilla.
Aparenta ser despistado, pero no se le escapa una y, cualquiera que lo conoce, sabe que está pendiente de todos los detalles. Aficionado a los crucigramas hasta que conoció los sudokus, quizás porque es más de números que de palabras.

Si conoces alguna cosita más acerca de Amadeo Crónico, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.

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