sábado, 30 de abril de 2016

Mangurro Colorao (Personas que surgieron del teclado. 7)

A Mangurro Colorao lo empezaron a tener en cuenta en los círculos literarios en el mismo momento en que sus versos empezaron a rimar. Parece ser que es importante guardar las formas. Antes de este acontecimiento, su libertad (anarquía) métrica, no le permitía triunfar y las editoriales le negaban sus libros, incluso el saludo.
Por recomendación de una amiga, eliminó beso (que versificaba perfectamente con queso) y en su lugar escribió ósculo (ahora no recuerdo con qué palabra la hizo rimar, aunque le recordaron que una es esdrújula y la otra llana) y pasó del fracaso al éxito en poco tiempo.
El primer poema que repitieron los jóvenes de distintas generaciones, y al que pusieron música de Mozart, fue aquel de la etiqueta en la servilleta de la receta de la galleta de Enriqueta. Después vendría el de la harina fina en la cocina de la gallina Serafina. Importante en su carrera fue su obra 'Traviesas rimas, versos para mi prima', reconocida internacionalmente como uno de los mejores libros de poesía escritos en lo últimos siglos. 'Sufre por el azufre', 'Beatriz, actriz, meretriz y emperatriz'... y un largo etcétera.

Si conoces alguna cosita más acerca de Mangurro Colorao, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.

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