domingo, 19 de junio de 2016

Coronel Márquez (Personas que surgieron del teclado. 13)



Desde que aquel libro cayó en su manos y lo leyó 10.000 veces, supo que su destino era hacerse militar y llegar a coronel. El apellido ya lo tenía: coincidía con el del escritor.
El coronel no tiene quien le escriba, pero sí tiene quien le lee. Y quien compra sus libros, porque en la biblioteca de Coronel Márquez, existen 2.000 ejemplares de esa novela, escritos en todos los idiomas. Aprendió inglés para leerlo en inglés, aprendió francés para leerlo en francés, aprendió alemán, aprendió ruso, aprendió turco, polaco, portugués, gallego, euskara, catalán... para leerlo en todos los idiomas.
Mientras, se acercaba al buzón para ver si alguien le escribía, pero no recibió cartas. Abrió mil cuentas de correo electrónico y tampoco se acordaban de él. El coronel no tiene quien le escriba.
Gastaba sus escasos ingresos en libros, hasta que un día decidió comprarse un gallo de pelea, pero le salió pacífico. Lo único que hacía era cantar al amanecer, pero nunca se puso gallo con otros gallos. Ya no lo quiso vender.
Aquel día se quedaron sin ahorros, la esposa, asmática, le preguntó:
-Dime, ¿qué comemos?
-Mierda.

Si conoces alguna cosita más acerca de Coronel Márquez, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.

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