miércoles, 1 de junio de 2016

Mínimo Mimo (Personas que surgieron del teclado. 11)


Mínimo Mimo es el más grande de los mimos, a pesar de su nombre y de ser tan pequeñito. No puede vivir sin los mimos, porque es muy mimoso: necesita mimar y que le mimen. Y necesita la mímica, porque sólo así sabe expresarse.
Mínimo Mimo es la careta negra tras la que se oculta ese hombrecito apocado que se mimetiza junto al telón negro, para parecer que no está, quizás porque los mimos no deben llamar la atención, únicamente hacernos soñar, arrancarnos una sonrisa y, también, una lágrima.
Mínimo Mimo es ignorado por los presurosos que no tienen tiempo para soñar. Pero los niños sí le ven, porque se miran a los ojos mientras con unos globos de colores hace figuras que les entrega a cambio de una sonrisa. Una sonrisa a cambio de una flor de aire, de una mariposa de aire, o de un corazón de aire.
Pero esa personita timorata que habita dentro de Mínimo Mimo está triste y así se lo cuenta al peluche despeluchado, compañero de trabajo, que le mima y que le entiende: con las escasas monedas de hoy no hay para el sustento de la familia.
Y, a pesar de todo, sonríe y hace mimos.

Si conoces alguna cosita más acerca de Mínimo Mimo, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario