jueves, 1 de septiembre de 2016

Desatoros Urgentes (Personas que surgieron del teclado. 16)

Desatoros Urgentes asumió ese nombre cuando olvidó el anterior. Tomó ese de una hoja de publicidad que dejaron en el buzón y, hasta que lo olvide y tenga la necesidad de uno nuevo, así se llamará.
Desatoros Urgentes tiene tanta facilidad para olvidar como para memorizar. Aprendió polaco cuando, estando de vacaciones en Cracovia, olvidó el castellano. Inmediatamente empezó a expresarse en su nueva lengua como si fuera nativo de Polonia y lo hubiera hablado toda la vida.
De la misma manera que olvida y pierde cosas, encuentra otras. En un viaje en tren entró calzando unos mocasines y salió con unas botas. No se habría dado cuenta si su acompañante (cuyo nombre ha olvidado) no se lo hubiera advertido. Tampoco pudo explicarse cómo había llegado a su bolsillo aquella ropa interior femenina.
Jamás ha recordado una cita, pero no por ello ha llegado tarde o no ha acudido, pues ya se encargan las señoritas (y señoras) de que él no falte. No sabe bien dónde vive, pero nunca se ha sentido perdido, pues siempre encuentra algún (des)conocido que le acompaña hasta su vivienda. Quizás por eso, despierta cada mañana acompañado por una mujer (no sabe si es siempre la misma) a la que le pregunta:
-¿Quién sos vos?
-Y eso qué importa.
De niño (quizás con otro nombre, que ahora no recuerda), siempre sonriente y con esa gorra roja con visera negra, ya lo perdía (o lo cambiaba) todo. Jugó con el balón que le trajeron los Reyes hasta que un día regresó a casa con una bicicleta, que con el tiempo se convertiría en unos patines, que luego se transformarían en unas canicas, que posteriormente serían un Monopoly y más tarde...
Parece ser que sus padres también eran un tanto olvidadizos, pues estaban convencidos de que tenían una hija y no aquel jovencito que se presentaba en casa a la hora de comer y al que siempre le preguntaban su nombre, para él contestar que no se acordaba. De hecho, Desatoros Urgentes tiene la impresión (que no el recuerdo) de que, de niño, había vivido, al menos, con diez familias distintas y que, con todas, fue feliz.
Ahora, con ese bigotito y cara de despistado, se pregunta por qué sus padres le pusieron ese nombre.Y cómo ha llegado esa flor verde a la solapa.

Si conoces alguna cosita más acerca de Desatoros Urgentes, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.