sábado, 18 de junio de 2016

Aurelio Ácaro (Personas que surgieron del teclado. 12)

Aurelio Ácaro ha puesto el sobre sobre el aparador, junto al reloj que delata la hora: las tres y cincuenta y cinco. En su interior, una hoja en la que se despide y explica el motivo. Entonces escucha la puerta de la calle y se apresura a recoger el sobre sobre el aparador, junto al reloj que delata la hora: las tres y cincuenta y seis. Guarda el sobre en un cajón.
Es lo mismo que ocurrió ayer, anteayer, y los últimos mil días.
-¿Qué tal cariño?
-Bien, ¿y vos?
En ese cajón es donde guarda una cuerda, una pistola, un cuchillo, distintas variedades de venenos y medicamentos. Otras opciones son electrocutarse en la bañera o arrojarse por la ventana. Pero habrá de dejarlo para mañana.
Al día siguiente reiterará la rutina: madrugará, leerá algunas páginas de alguna novela, escribirá algunas páginas de alguna novela y ocupará su tiempo hasta que el reloj delate que son las tres y cincuenta y cinco. Entonces pondrá el sobre sobre el aparador, junto al reloj que delata la hora...

Si conoces alguna cosita más acerca de Aurelio Ácaro, él estará contento de que se lo digamos, porque a veces sus recuerdos le fallan y de lo único que se acuerda es de esta breve biografía.

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